Por casualidad el sábado estaba en un cumpleaños de una prima, que no es exactamente de mi familia, y en la sala me toco sentarme al lado de una niña que ni idea quien carajos era y un niño que había visto en dos ocasiones anteriores pero no era mi amigo ni nada. La cosa fue que conversé con ellos toda la noche y al final me invitaron al cumpleaños del tipo que era este miércoles.
Todos los que habían allí eran amigos entre si, excepto Pablo y yo que éramos algo así como el primo de la niña antes mencionada y yo. Desde temprano nos llamaron a recordarnos el cumpleaños (así que era cierto lo de la invitación), fuimos a la casa de la niña que conocimos el sábado y nos llevaron al cumpleaños.
Cuando llegamos, yo me dije: “carajo, ¿que diablos hago aquí?”, era un lugar muy grande, pero parecía una cantina de pueblo, es mas ponían “guascas” y todo. Estaban todos los que había visto el sábado anterior, en fin, ni el mejor lugar, ni la mejor música, pero en todo caso la gente muy querida, así que el ambiente fuera de la mesa pasó desapercibido y en ese momento me llego una pregunta a la cabeza “¿En qué momento te volviste tan sociable para andar con los amigos de una prima que no es tu prima y de sus amigos que no son tus amigos?”.